Cookie Consent by FreePrivacyPolicy.com Encendido de la locomotora PV 31

Material:  Noticia de actualidad


En el centenario de su construcción, rodó en el Museo del Ferrocarril de Ponferrada

A iniciativa del Museo Nacional de la Energía y del Ayuntamiento de Ponferrada mediante su Museo del Ferrocarril, se encendió la mítica locomotora del tren correo del ferrocarril Ponferrada-Villablino durante la mañana del domingo 19 de mayo.


Encendido de la locomotora PV 31
 
La PV-31 humea frente al Museo de Ponferrada. Foto Daniel Pérez Lanuza
 
 

(20/05/2013) Con motivo del día internacional de los museos, el centro berciano ofreció una actividad muy esperada y bien acogida entre la población local. Se encendió por vez primera en el Museo del Ferrocarril de Ponferrada una locomotora de vapor, la más conocida del ferrocarril del PV por haber dado tracción al internacionalmente conocido tren correo entre Ponferrada y Villablino.

El acto consistió en el encendido de la locomotora y su desplazamiento en los escasos metros que permiten las vías del recinto. Tras completarse su proceso de encendido durante algo más de tres horas, la locomotora surgió de la lonja en donde se exponen los demás vehículos del museo hacia el espacio abierto en su parte posterior, donde se concentraban los centenares de asistentes al acto. La locomotora posteriormente realizó varios viajes entre el interior y el exterior del edificio durante más de una hora.

El acto se celebró como experiencia piloto ante una futura actividad más frecuente de la locomotora, sirviendo además para recordar las ideas sobre el tren turístico entre Ponferrada y Villablino que no acaban de fructificar. 

Un periplo en su jubilación 

Se trata de la primera vez que se enciende una locomotora de vapor en el Museo del Ferrocarril de Ponferrada desde que fuera inaugurado en mayo de 1999, si bien no es su único vehículo en funcionamiento, puesto que cuenta también con un pequeño tractor procedente de Cementos Rezola. A su vez, es la primera encendida de la conocida PV31 en este centro desde su llegada al mismo en mayo de 2011.

La locomotora, que este año cumple su primer centenario, ha sufrido un complicado periplo en la época que transita desde el final de su servicio activo en 1989. Tras permanecer conservada en un cocherón de Cubillos del Sil desde ese año, fue restaurada en Ponferrada por Talleres Mecalper, después del lote de locomotoras que formaron el grueso de la colección del museo berciano.

En su caso la restauración fue más completa pues estaba pensada para su total recuperación para el servicio activo con vistas a un futuro tren turístico a vapor. A su llegada a Cubillos del Sil, donde nuevamente fue guardada junto a la también conservada PV19, funcionó durante una mañana de noviembre de 2001 para su presentación a autoridades y medios. Este fue su primer encendido tras la restauración, no repetido hasta el de este mes. La locomotora todavía pasó un periodo de más de un año en terrenos propiedad del empresario minero Victorino Alonso, periodo en el cual se realizaron tareas de mantenimiento según fuentes de la propia empresa, acabando finalmente con el traslado a su ubicación actual en Ponferrada hace ahora dos años.

La PV31, una locomotora mítica

Esta máquina posee la singularidad de su amplio conocimiento por los aficionados al ferrocarril de toda Europa, y por la población general de su área de influencia. Para el primer grupo por haber sido la tracción habitual del tren correo de su línea y para el segundo por las constantes noticias sobre el nunca iniciado proyecto de tren histórico.

La PV 31, fabricada por Maffei en 1913 con número de fábrica 3.350 procede originalmente del ferrocarril Pamplona-San Sebastián (El conocido Plazaola) donde llevó el número 6, hasta que en 1943 fue vendida al PV. En el ferrocarril leones se dedicó principalmente a los trenes de viajeros, pues aunque su tipo constructivo se repite en otras nueve locomotoras de la compañía, sus menores prestaciones la hacían más adecuada a este tipo de trenes.

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La PV-31 en el exterior del museo. Foto Daniel Pérez Lanuza