Cookie Consent by FreePrivacyPolicy.com Estudio comparativo sobre el impacto medioambiental de tranvías y autobuses

Material:  Noticia de actualidad


Realizado por Alstom y Carbone 4 y presentado en la Conferencia COP 22 que se celebra en Marraquech

Alstom y Carbone 4 han realizado un estudio que compara el impacto medioambiental de los tranvías y los autobuses de alta capacidad y nivel de servicio, y concluye que la huella de carbono tranviaria es sustancialmente inferior a la de los autobuses.


Estudio comparativo sobre el impacto medioambiental de tranvías y autobuses
 
 
 

(10/11/2016) Los resultados de este estudio se han dado a conocer  al comienzo de la segunda Conferencia de las Partes de la Convención de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP 22, que se celebra en Marraquech.

Alstom y Carbone 4, consultora especializada en estrategias de reducción de carbono y cambio climático, consideran crucial favorecer los medios de transporte de menor huella de carbono, para evitar que se cumplan la previsiones que auguran que el transporte urbano duplicará hasta cerca de los mil millones de toneladas equivalentes de dióxido de carbono sus emisiones anuales en 2025.

El transporte es responsable del 23 por ciento de las emisiones totales de dióxido de carbono relacionadas con el consumo de energía. En Europa, desde 2008, unas 6.000 ciudades se han adherido a la Iniciativa de la Convención de Municipalidades para reducir las emisiones de dióxido de carbono un 28 por ciento de media.

El transporte ferroviario podría jugar un papel determinante para reducir los gases de efecto invernadero y para alcanzar el objetivo de los “dos grados centígrados”  fijado en la COP21 celebrada en París en 2015.

Tranvía

El tranvía, exceptuada la bicicleta, se considera uno de los modos de transporte urbano más ecológicos y de menor impacto medioambiental. El estudio compara la huella de tranvías y autobuses de alta capacidad durante todo su ciclo de vida, construcción, explotación y mantenimiento.

El análisis realizado en una línea convencional de diez kilómetros en Bélgica demuestra que con una capacidad de transporte equivalente de 6.400 pasajeros por hora y sentido, y para un ciclo de vida de treinta años, un sistema tranviario, emite la mitad de dióxido de carbono que un sistema de autobuses diesel de alta capacidad y un 30 por ciento menos que uno de autobuses híbridos.

Los sistemas de autobús de alta capacidad y nivel de servicio, de rápida implantación, permiten atender las necesidades urgentes de transporte, pero el operador necesitaría noventa autobuses diésel, 98 híbridos recargables ó 102 eléctricos, frente a sólo veinte tranvías para prestra el mismo servicio.

Los autobuses ofrecen ventajas a corto plazo, en el momento de implantación de la línea  y en la fase de construcción de los vehículos, pero a medio y largo plazo el tranvía es sustancialmente mejor. Su impacto ambiental en menor, gracias a sus mejores prestaciones en explotación y mantenimiento y a su más largo ciclo de vida..

El estudio ha tenido en cuenta esa vida media de los vehículos, treinta años en el caso de los tranvías y quince en el de los autobuses, y factores como la duración de distintos equipos como las baterías de los autobuses eléctricos.

Energía

El estudio toma en cuenta no sólo la energía consumida para alimentar los vehículos, sino también  la ligada a la construcción, el mantenimiento y la renovación de los sistemas, tomando como referencia el mix de producción energética belga que incluye nuclear, hidroeléctrica y combustibles fósiles.

La producción de electricidad representa más del 40 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono de origen fósil en el mundo. En el escenario más desfavorable, con un factor de emisión de electricidad 0,8 kilos equivalentes por kilovatio hora, la huella de carbono es inferior en un ciclo de vida de treinta años frente a cualquier autobús.

Además, los factores de emisión de electricidad están obligados a bajar sensiblemente en los próximos años por el desarrollo de las energías renovables lo que reducir más el impacto de los modos eléctricos.

Además de las emisiones menores de los tranvías frente a los autobuses diesel, los autobuses totalmente eléctricos consumen más electricidad que un sistema tranviario de capacidad similar y sus emisiones en origen serían un 17 por ciento superiores en todo el ciclo de vida, con un parque de capacidad equivalente.

Para ofrecer la misma capacidad de transporte que una flota de veinte tranvías, serían necesarias flotas de autobuses mucho más amplias y que cada vehículo recorriera anualmente 3,6 veces los kilómetros de un tranvía.

Infraestructura y fabricación

La infraestructura de un sistema de autobuses en plataforma reservada tiene un coste 2,2 veces inferior al de una línea tranviaria. Asimismo, la fabricación de  los vehículos emite, en el caso de un autobús diesel, treinta toneladas equivalentes de dióxido de carbono y la de un tranvía unas cuatrocientas. Comparando las flotas necesarias, veinte tranvías y noventa autobuses, la fabricación de la flota diesel emitiría unas 5.500 toneladas y la de tranvías unas 8.000.

Las emisiones ligadas a la fabricación de una flota de autobuses híbridos recargables, es un 11 por ciento superior a la de una flota de tranvías, y las de una flota completamente eléctrica un 58 por ciento superior, fundamentalmente por las altas emisiones de la fabricación de las baterías.

Explotación

Las ventajas de un sistema tranviario se hacen más evidentes con el tiempo. La explotación de una flota diésel genera 3,3 veces más emisiones que una de tranvías en treinta años, una flota de híbridos recargables un 86 por ciento y una eléctrica un 51 por ciento más.

Las emisiones de la explotación se han calculado sobre cuatro consumos principales, la tracción, la energía utilizada en cocheras y talleres, los gases refrigerantes y el mantenimiento.

Un tranvía emite en torno a cuatro veces menos por tracción que un autobús diesel y si bien las emisiones de los híbridos y los eléctricos son inferiores, sus flotas deben recorrer muchos más kilómetros para ofrecer la misma capacidad de transporte. Incluso una flota completamente eléctrica consume 1,6 veces más que una tranviaria.

Los sistemas de climatización tranviarios, gracias a una normativa más estricta que la de los vehículos de carretera, emiten menos gases refrigerantes, lo que subraya las ventajas comparativas del modo ferroviario.