(14/10/2020)  

Los trenes en movimiento comprimen las hojas en una fina capa que puede afectar al frenado y la aceleración, aumentando los riesgos  y obligando, en prevención de situaciones peligrosas, a los conductores a reducir la velocidad ante señales y a acelerar más suavemente para evitar que las ruedas patinen. Estas prevenciones pueden aumentar el tiempo de viaje y provocar retrasos.

Para llevar a cabo la limpieza, los llamados “trenes rompe-hojas” están equipados con una bomba que limpia los carriles rociándolos con agua a muy alta presión para eliminar el mantillo de hojas. Posteriormente, las máquinas aplican una capa de una sustancia que modifica la adherencia del carril con una mezcla de gel de suspensión, arena y acero o perdigones de hierro, que ayuda a la tracción y al frenado.

Equipos de trabajo

Además, Network Rail cuenta con ochenta equipos de trabajo de dos personas disponibles las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana, en lugares cruciales de la red para limpiar los carriles manualmente con un tratamiento a base de arena.

Entre el 1 de octubre y el 13 de diciembre, el gestor de infraestructura recibe idos veces al día nformación meteorológica especializada sobre los lugares que requerirán trabajos de limpieza, lo que permite planificar los recursos de forma más eficaz.